Nadia Calviño, entre las candidatas propuestas por Europa para presidir el FMI

La ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, está entre los candidatos propuestos por la UE para suceder a Christine Lagarde como directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), tal y como admitía la propia ministra este miércoles y confirmaban más adelante fuentes de Moncloa.

La serpiente la soltó por la mañana la propia ministra, que en la Ser admitió que había estado hablando sobre el asunto con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A última hora el propio Gobierno ha sido el que ha informado de la «iniciativa de los miembros de países europeos del G7 de promover un grupo de candidatos a la dirección del FMI en el que habría sido incluida» la ministra de Economía.

En este sentido, Moncloa agradece el gesto pero también considera que «es muy importante mantener la unión de acción entre los países de la Unión Europea para seguir optando a la dirección del FMI». Es decir, que el Gobierno espera un pacto en la UE para proponer un candidato único.

Y habrá batalla por el cargo, puesto que hay varios favoritos. Entre ellos, según Reuters, Mark Carney, presidente del Banco de Inglaterra, aunque habrá que ver cómo puede afectar el Brexit a su candidatura.

Amenaza de EEUU

Al mismo tiempo, con la noticia han surgido las primeras amenazas de boicot y veto a Calviño por parte de Estados Unidos por la pretensión de España de aprobar la tasa Google, es decir, el impuesto por operación a los gigantes digitales.

Sin embargo, ninguna presunta amenaza de la Casa Blanca habría llegado aún a los despachos del Gobierno por la intención de activar este tributo. Así lo indicó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien aseguró que no ha habido constancia «directamente de ningún tipo de contacto o de amenaza o de advertencia de nadie» y cree que esta posible amenaza «es un término más periodístico que diplomático».

Vía diplomática

«En todo caso, las relaciones con Estados Unidos irían por la vía diplomática, y eso tiene su recorrido y su circuito, pero no ha sido esta la cuestión», consideró, recordando en todo caso que, al poner en marcha Francia una tasa similar, el país norteamericano «reaccionó trasladando su negativa». «De la misma manera, entiendo que podría comunicar o transmitir a España», dijo.

Sin embargo, Washington tendría otra vía para presionar al Gobierno: la ministra Calviño y su candidatura a optar a la presidencia del FMI.

Las pretensiones de Sánchez

Lo cierto es que los rumores sobre la marcha de Calviño a un alto cargo internacional han sido constantes en los últimos meses, una circunstancia que coincide con la pretensión de Sánchez de colocar a fieles de su Ejecutivo en altos cargos globales, algo que ha logrado con Josep Borrell, que será Alto Representante de la UE en la nueva Comisión Europea.

No tardaron en surgir los primeros rumores de que Donald Trump emplearía su influencia en el FMI para bloquear la posible candidatura de Calviño, que ya ha apoyado públicamente la puesta en marcha de la tasa Google en España usando como modelo la versión francesa -gravando con un 3 por ciento las operaciones de las grandes empresas tipo Facebook y Google-. Sin embargo, fuentes de Moncloa han negado a elEconomista que esta amenaza haya existido.

Al Congreso

De hecho, la voluntad del Gobierno, insisten, es la de llevar la tasa Google al Congreso en cuanto haya gobierno con funciones plenas. Cabe recordar que la estimación de recaudación por este tributo es de unos 1.200 millones de euros, aunque varios entes como la Autoridad de Responsabilidad Fiscal (AIReF) han avisado al Ejecutivo que esta cifra es poco realista.

Cabe recordar que la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) ya inició la semana pasada una investigación sobre la tasa digital aprobada por Francia y puede extenderla a otros países que opten por este gravamen. El embajador comercial, Robert Lighthizer, indicó que su equipo determinará si es discriminatoria o irracional y grava o restringe el comercio estadounidense.

La medida también molestó a los legisladores tanto demócratas como republicanos. En una declaración conjunta, el senador republicano Chuck Grassley y el demócrata, Ron Wyden, líderes del Comité de Finanzas del Senado, tacharon este gravamen como «claramente proteccionista» ya que se dirige injustamente a compañías estadounidenses y acabará por perjudicar a los trabajadores del país. Desde el Consejo Nacional de Comercio Exterior, con sede en Washington, también atacaron la decisión gala que «afecta de manera desproporcionada a las empresas estadounidenses más innovadoras» para proteger a sus competidores franceses. «Este nuevo impuesto ha sido diseñado específicamente para imponer una carga financiera a las empresas estadounidenses».

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