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Los empresarios pidieron a Vox que apoyara a Sánchez para salvar los fondos
Ni sentido de Estado, ni ejercicio de responsabilidad y ni siquiera un alarde de ética. La verdadera razón de la sorprendente abstención de Vox para impedir que el Congreso tumbara el decreto que regula la ejecución del multimillonario fondo europeo para la recuperación económica y social fueron las peticiones que el partido de Santiago Abascal, a través de Iván Espinosa de los Monteros, recibió por parte de directivos de grandes empresas y de la CEOE, preocupados tanto por el reparto de esos 150.000 millones de la UE y, sobre todo, por la reforma laboral que Bruselas exige al Ejecutivo de Pedro Sánchez para liberar los fondos.
Fuentes próximas a la dirección de Vox confirman que hubo llamadas de la cúpula empresarial, no de su presidente Antonio Garamendi, al portavoz del Grupo Parlamentario, directas y a través de un intermediario para que el decreto que permite a Pedro Sánchez manejar el dinero europeo sin control y sin consenso saliera adelante con la más insólita combinación parlamentaria, el ‘sí’ de EH Bildu y la decisiva abstención del partido de Abascal, quien, aseguran, también fue contactado desde Moncloa por alguien muy próximo al Presidente del Gobierno.
Las llamadas de CEOE, que también aparecen en algún tuit de diputados de Vox se justifican por la eventualidad de que un rechazo al decreto del Gobierno pudiera paralizar la recepción de los dineros europeos poniendo en grave la peligro la ejecución de importantes proyectos de innovación, eficiencia energética, y transición digital, «fundamentales para la modernización del país y la salida de la crisis».
A pesar de ello, la decisión personal de Espinosa de los Monteros de cambiar el voto negativo por la abstención ha causado un importante malestar en el grupo parlamentario porque «se ha gestionado mal y ha pillado a la gente con el pie cambiado», en palabras de uno de sus miembros. Incluso el propio Santiago Abascal ha mostrado en privado su «irritación», a posteriori, a la vista de los posibles efectos negativos que el apoyo al Gobierno puede tener en la imagen y en la intención de voto del partido.
Desde la patronal CEOE, miembros de los órganos de dirección confirman también que los contactos con Vox se produjeron tras un primer intento por parte de personas de la dirección con el secretario general del Partido Popular, Teodoro García Egea, quien se negó a cambiar su voto negativo. Voces autorizadas próximas a la dirección popular han admiten el contacto, al tiempo que anuncian que tanto el PP como Ciudadanos denunciarán el reparto de la gestión de los fondos ante la Comisión Europea y el Parlamento de Estrasburgo.
«El dinero tenía que llegar a los grandes grupos empresariales» afirman desde CEOE, donde admiten que su principal preocupación es hoy el futuro de la reforma laboral, mientras recuerdan que entre las exigencias principales de Bruselas para que España reciba los dineros del Fondo de Reconstrucción se encuentran el proyecto de reforma laboral que debe mantener el principio de flexibilidad, la sostenibilidad del sistema de pensiones y garantizar la unidad de mercado. Condiciones para las que el PSOE necesita el apoyo empresarial ante «la beligerancia» y las movilizaciones de Podemos en connivencia con los sindicatos mayoritarios. El sentido de Estado como forma de pago Los citados miembros de la patronal apuntan también como un posible primer resultado de sus gestiones ante Vox el anuncio realizado el pasado miércoles por la presidenta del Santander, Ana Patricia Botín en el sentido que el Gobierno valora por fin dar ayudas directos a pymes y autónomos y que habrá nuevos ERTE en España. «Me consta que el Gobierno está evaluando que, además de crédito existan ayudas concretas a pymes y autónomos en forma de capital», afirmó, ante la extrañeza por parte de muchos de los presentes de que fuera una alta dirigente empresarial sea la encargada de anunciar un proyecto del Gobierno.
También Vox habría recibido un primer pago a los servicios prestados, en forma de los elogios de Pedro Sánchez y otros miembros del Ejecutivo hacia el «sentido de Estado» de Abascal en contraste con la actitud de Pablo Casado y el PP. Otro segundo guiño del Ejecutivo hacia los que hasta ayer eran la «derecha extrema» es la sorprendente última encuesta del CIS para Cataluña en la que se anuncia el sorpasso de VOX al Partido Popular.
